Una mujer de 87 años sufrió ayer a la tarde un violento asalto, cuando tres personas ingresaron a su casa en el barrio Floresta, la golpearon, la encerraron y huyeron con los $ 100 que tenía la anciana.
El asalto ocurrió a las 19.15, aproximadamente, en General Paz al 1.300. Ningún vecino se habría percatado de lo sucedido, ni tampoco los clientes del bar que se encuentra al lado de la casa de Fernanda Kika, la víctima. La mujer se dedica a la elaboración y venta de sándwiches de fiambre por encargo, según comentaron fuentes policiales. Por ello, era común que clientes ingresaran a su vivienda, ya que atendía en la cocina.
Ayer a la tarde, de acuerdo a la versión que la víctima brindó a los policías que se hicieron presentes en el lugar, ingresó una persona que estaba vestida con un uniforme similar al personal de la fuerza de seguridad. El hombre le preguntó si tenía sándwiches para vender, y la anciana le contestó que solamente los hacía por encargo.
El supuesto policía se marchó y a los pocos minutos llegó el panadero, siempre siguiendo el relato que la víctima dio a la Policía, a quien le pagó por la mercadería. El proveedor se retiró y la puerta quedó abierta. Fue cuando ingresaron los tres asaltantes, dos de ellos con uniforme “con el color como el de los policías”, según la versión de Kika.
Los delincuentes redujeron a la mujer, le pegaron en la cara (anoche podía vérsele un moretón debajo del ojo izquierdo) y la encerraron en un baño. Le revolvieron toda la vivienda buscando dinero, pero sólo encontraron $ 100. Luego se marcharon.
Cuando la víctima logró salir, dio aviso a la Policía. La investigación del robo está a cargo de la Fiscalía de Instrucción de la V° Nominación, a cargo de Washington Navarro Dávila. Personal de la Dirección General de Investigación Criminal y Delitos Complejos, que comandan los comisarios Luis Núñez y Miguel Gómez, está a cargo de la investigación.
Los vecinos no se percataron del robo que había ocurrido. “Me enteré recién”, comentó un comerciante que tiene su negocio al frente de la casa de Kika. El hecho ocurrió a metros de la esquina con avenida Alem, donde se encuentra un bar. David, encargado del local, comentó que en la zona los arrebatos son constantes. “Todas las noches se ve a gente corriendo. Generalmente son motoarrebatadores”, explicó el hombre.